POR DIEGO ZAMBRANO BENAVIDES
2 de las cuatro muertes de motociclistas en el puente ocurrieron el año pasado.
Bajo la premisa de que ninguna muerte en la vía es aceptable, que el puente Madre Laura, en el norte de Medellín, haya cobrado seis vidas en accidentes de tránsito desde su inauguración hace cuatro años, ubica este paso como un lugar crítico en el cual hay que revisar las condiciones de diseño y seguridad, según los expertos.
La Secretaría de Movilidad reveló que desde 2016 murieron cuatro motociclistas, un peatón y un ciclista, con el agravante de que tres de los conductores de motocicleta cayeron al vacío, debido a la poca altura de los bordes de contención, una de las principales críticas que tiene esta infraestructura.
El caso más reciente ocurrió el 31 de diciembre pasado, cuando una mujer cayó desde el puente tras un accidente en su moto. Antes, el 22 de julio, un carro que fue hurtado y huía de la persecución policial en contravía ocasionó que otro motociclista perdiera la vida.
En septiembre de 2017 EL COLOMBIANO denunció deficiencias en la malla vial y falta de señalización, que luego de una intervención de la alcaldía fueron resueltos, pero quedaron pendientes resolver otros asuntos relacionados con el control al exceso de velocidad y la de mejorar la protección para peatones y ciclistas.
En ese entonces, la Gerencia de Movilidad Humana reconoció a este diario que el puente fue construido exclusivamente como una solución vehicular para conectar las comunas nororiental y noroccidental, y que debía adaptarse a los cambios y nuevas formas de movilidad.
Críticas a su diseño
Por este viaducto pasan al día cerca de 5.500 vehículos, según las cifras de la Secretaría de Movilidad. Allí se han reportado velocidades que alcanzan o superan los 80 km/h, denuncian algunos usuarios de la vía.
“Es un puente antipeatonal, tiene ciertas partes donde el ciudadano queda como bloqueado sin saber cómo seguir, no facilita una movilidad segura, directa y atractiva. Ni para el peatón, ni para el ciclista”, manifiesta Mauricio Mesa, coordinador del colectivo Siclas.
Además de poner en riesgo a quien va a pie, en bicicleta o en moto, subraya, el viaducto y sus conexiones complementarias como el lazo vial de Moravia, tienen problemas de inseguridad que, junto con un diseño poco eficiente, convierten al lugar en un verdadero dolor de cabeza.
“Igual la gente se arriesga, porque lo usa para evitar sobrerecorridos (...) Es que la velocidad ahí debería limitarse, porque hasta 60 km/h es excesivo para quienes van en bicicleta compartiendo la vía. Otra cosa es que no vimos soluciones de fondo de la administración pasada”, dice Mesa.
La Visión Cero
“El puente Madre Laura y sus lazos complementarios son un problema central, porque como administración entrante sabemos que allí se propician incidentes que son inaceptables”, afirma Carlos Cadena Gaitán, secretario de Movilidad.
El funcionario dice que dentro de los objetivos de su despacho, una de las prioridades es implementar la Visión Cero, un proyecto de seguridad vial que inició en Suecia en 1997 con el objetivo de reducir las víctimas mortales en accidente de tránsito, que ha sido adaptado en varios países (Suiza, Alemania, Francia, entre otros).
EN DEFINITIVA
Peatones, ciclistas y motociclistas, los actores más vulnerables en el paso elevado. La Secretaría de Movilidad buscará, con un rediseño del puente, reducir a cero las muertes viales en este punto.
“Tenemos que revisar las recomendaciones existentes que tiene el Ministerio de Transporte, mirar las estrategias de seguridad vial que venían implementándose en la administración pasada y agregar las nuestras”, explica Cadena.
Yendo más allá, el secretario anota que no solo se trata de analizar qué complementos para la movilidad humana existen o se pueden aplicar en el puente, sino que la acción también se centrará en educación vial a conductores y otros actores de la vía.
La alcaldía reconoce que hay un tema de diseño que se debe mejorar y dentro de los compromisos de la secretaría está el de dotar la infraestructura de seguridad para garantizar que no se sigan perdiendo vías en este viaducto.
“Nuestro llamado es también a reducir velocidades, a conducir, pedalear y caminar coexistiendo con los otros usuarios de la vía y darles prioridad a quienes van a pie y a los ciclistas, que son los más vulnerables”, asevera Cadena.
Aunque no menciona un plan concreto, agrega que este paso elevado deberá incluir, en las modificaciones que se hagan, el componente de accesibilidad universal .
CONTEXTO DE LA NOTICIA
OPINIÓN CAMBIAR EL CHIP DE LOS INGENIEROS
DARÍO HIDALGOConsultor en temas de movilidad“Infraestructuras como el puente Madre Laura están diseñadas desde la perspectiva del carro y no desde la protección a los usuarios vulnerables. Las barreras existentes son bajas y eso propicia accidentes fatales. Desde el diseño se les debe incluir y no lo hacen porque es ‘normal’ en el país que los ingenieros que diseñan estos pasos tengan formación para pensar en estructuras para automotores grandes. Hay avances, claro, si uno ve el puente Pumarejo en Barranquilla, ya incluye más barreras, segregación para los actores con más riesgo. Es un problema de base, por eso el cambio tiene que ser desde las escuelas, las facultades, en el cómo se educan los profesionales. Medellín ha mostrado señales positivas, como el urbanismo táctico, la ciclorruta en Guayabal, es cuestión de seguir esa línea e intervenir las vías donde hay fallas”.
Tomada de: www.elcolombiano.com